sábado, 2 de marzo de 2013

Plenos Revolucionarios

Cuando era joven me enseñaron acerca de Marx, Lenin y Engels en la escuela. Llevaban a cabo estas clases los sábados, las llamaban "Plenos Revolucionarios". Tradúzcanlo si pueden, yo nunca entendí que querían decir.

Yo había sido entrenado por mis padres para mantener la cara seria y cuidar mi lenguaje corporal para no meterse en problemas, porque me estaban dando los libros de George Orwell y otros autores para leer al mismo tiempo.

Sin embargo, estas clases de Plenos  eran muy difíciles, yo seguía evitando reirme cuando se discutía la ideología marxista, y tenía que cruzar las piernas y agacharme para que no me vieran el rostro.

Un día salí de clase y oí a una joven, cuyo padre trabajaba en la policía secreta hacer comentarios elogiosos acerca de la dialéctica y el marxismo. Nos dijo  que eran un descubrimiento maravilloso que habíamos hecho. Debo haber sonreído, porque ella giró hacia mí y me espetó  "y tú, ¿tienes algo que decir al respecto"?
 
Murmuré algo y comencé a buscar una roca para hacerle un hueco en la cabeza, pero por suerte para mí, no pude encontrar una y me calmé.
No sé qué le pasó a esa chica, pero ese instante cambió mi vida, porque me di cuenta que no podía seguir fingiendo ser un zángano impasible y me iba a volver loco, y  probablemente iba a matar a un par de esos hijos de mala madre. Así que decidí que era mejor dejar el país, y  me las arreglé para llevarlo a cabo el año siguiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario